EN EL MES DE LAS MADRES.
Porque tengo a mi madre todavía
doy gracias al Señor que me ama tanto;
doy gracias a mi Dios, al Ente Santo
que permite gozar esta alegría.
El Cielo me ha legado una estrella
que orientación ha sido de mi vida;
ha sido mi sostén, luz consabida;
el Faro de mi Amor, todo ha sido ella.
Los dos fusionados tiernamente
nacimos al dolor, nacimos juntos;
por obra del amor, a un tiempo, a punto,
la vida nos sostiene fuertemente.
No es designio de mi Dios darnos riquezas
ni de la suerte con su azar algún tesoro,
pero al saber que me adora y yo la adoro,
llenamos nuestra vida de belleza.
Busco siempre ocasión en que a su frente
pueda ornarla con besos y caricias;
todo halago a su amor es mi delicia;
tomo toda emoción, y ella lo siente.
Por la sangre que irriga mi cerebro
y ha sido fuego ardiente de mis venas,
que siempre tiene alivio a mis penas
como hijo bien nacido yo celebro.
No alzaré ya la voz si no es tan sólo
para ensalzar su abnegación para mi vida;
a cambio del fervor con que me cuida,
yo esteré siempre presto a darlo todo.
Nada, en resumen, en mi vida tardía
contará estando solo, por lo tanto,
doy gracias al Señor que me ama tanto
porque tengo a mi madre todavía.
Alberto Javier Aguilar Navarro.
Jueves 10 de mayo de 2012.