Cortesìa.
OSLO (Reuters) – La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que supervisa la destrucción del arsenal de Siria, ganó el viernes el premio Nobel de la Paz 2013.
La OPAQ, una organización relativamente pequeña con un presupuesto modesto, envió a sus expertos a Siria tras el ataque con gas sarín que causó la muerte de cientos de personas en agosto.
Su despliegue, respaldado por Naciones Unidas, ayudó a evitar un ataque estadounidense contra las fuerzas del presidente sirio, Bashar el Asad, y su puso un inusual paso hacia la primera plana para un grupo más habituado a trabajar entre bambalinas supervisando la destrucción de armas químicas en todo el mundo.
«Éramos conscientes de que nuestro trabajo discreta e indudablemente estaba contribuyendo a la paz en el mundo», dijo el responsable de la OPAQ Ahmet Uzumcu. «Las últimas semanas han situado esto en un primer plano. La comunidad internacional en su conjunto ha sido consciente de nuestro trabajo».
Thorbjoern Jagland, jefe del comité del premio Nobel de la Paz, dijo que el galardón era un recordatorio para que las naciones con grandes reservas de armas químicas, como Estados Unidos y Rusia, se deshagan de sus arsenales, «especialmente porque están demandando que otros hagan lo mismo, como Siria».
«Ahora tenemos la oportunidad de deshacernos de una categoría completa de armas de extermino. Sería un gran logro en la historia si lo consiguiéramos», dijo Jagland.
La adolescente paquistaní Malala Yusafzai, a quien los talibanes tirotearon hace un año, era la favorita de las casas de apuestas a ganar el premio por su campaña a favor de los derechos de las niñas a la educación.
La misión de la OPAQ no tiene precedentes en medio de una guerra civil, que ha devastado Siria y causado la muerte de más de 100.000 personas. Miembros del organismo con sede en La Haya fueron atacados el 26 de agosto en Siria.
Mientras la inspección y la destrucción de las armas químicas continúa, con un equipo de 27 expertos en el campo, las fuerzas de Asad y los rebeldes continúan con fuertes enfrentamientos en todo el país con armas convencionales. HRW dijo esta semana que los rebeldes mataron al menos a 190 civiles en la provincia de Latakia en agosto.
El viernes, las fuerzas gubernamentales estaban intentando recuperar el control de una zona alrededor de Safira, a unos 20 km al sureste de Alepo. La población, controlada por rebeldes como el Estado Islámico en Irak y Levante, está cerca de un importante almacén donde se cree hay armas químicas.
Este reconocimiento para la OPAQ marca el retorno a las raíces clásicas del Nobel de la Paz, relacionadas con el desarme, después de algunos reconocimientos recientes como los de la Unión Europea en 2012 y el presidente estadounidense, Barack Obama, en 2009.
Esos galardones generaron críticas respecto de que el comité se estaba alejando del espíritu del premio, fundado por el sueco Alfred Nobel, inventor de la dinamita.
Su testamento de 1895 señala que el premio debía entregarse en relación con una de tres causas: la fraternidad entre naciones, la abolición o reducción de los ejércitos y la formación y expansión de congresos de paz.