Estando en Comitán, en un curso de formación permanente para diáconos y candidatos al diaconado, me enteré del desalojo que hubo este medio día en la entrada de la autopista de San Cristóbal a Tuxtla Gutiérrez. Desde luego que es muy lamentable y preocupante que se produzcan estos hechos violentos, con peligro para la vida de las personas. Yo no he estado de acuerdo en que se impida el libre tránsito por las carreteras, pero el método para dejar libre la autopista no es la violencia, no son las armas, las piedras, los palos y los golpes. Esto causa más daño a Chiapas que un simbólico bloqueo carretero, que de por sí no impedía totalmente el paso hacia la capital del Estado. Me pregunto quién organizó esta forma de desalojo. ¿Fue la autoridad local, o fueron grupos organizados? En nuestra ciudad, hay grupos violentos, que desde hace tiempo querían actuar de esa manera para liberar la carretera. ¿Son autónomos, o son mandados por alguna autoridad? Si alguna autoridad municipal o estatal los comanda, se desligitimaría por ese hecho, pues los problemas sociales no se resuelven a golpes y poniendo en peligro la vida de las personas. Repetir Noxtitlán no es el camino; eso sería poner más piedras en el camino del diálogo y de la búsqueda pacífica de soluciones. Es importante que se deslinden responsabilidades. Mientras tanto, exhorto a todos a evitar acciones violentas como la que lamentamos. Hay que respetar el libre tránsito por las carreteras, y respetar también a quienes manifiestan sus inconformidades, evitando hacernos daño unos a otros. + Felipe Arizmendi |