El obispo de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, afirmó que las campañas políticas en Chiapas “están desatadas”, aun cuando falta un año para las elecciones.
“En mis recorridos pastorales por los diferentes rumbos de la diócesis, que comprende los Altos, la Selva y la Región Fronteriza, advierto cómo se han desatado las campañas para la gubernatura de nuestro estado, así como para las presidencias municipales y las diputaciones”, dijo.
Agregó: “No ponen nombres directos, pero todos sabemos a quiénes se refieren. De esta forma, no violan la ley en su letra, pero ya han adelantado los tiempos electorales”.
Señaló que “en una cabecera municipal, vi este letrero: ‘Caras nuevas, manos limpias’. Nadie lo firma, pero ponen en la base un elote pequeño. Todos saben allí a quién se refiere, por el apodo familiar”.
En otra parte, abundó, “un gran letrero dice: ‘Yo voy con ella. ¿Quién es ella? Nada se dice; pero es la forma de ir orientando al electorado para apoyar a una candidata. Otra propaganda muy extendida dice que quieren tener un millón de amigos. Nada más así, pero todos pueden comprobar qué partido suscribe esto y cuántas cosas andan regalando por todas partes”.
A eso, afirmó, “agreguemos todas las fundaciones que han aparecido, más las promesas de una nueva luz para los pobres, a quienes quieren convencer sólo con dinero y dádivas. Si se conociera la historia de quienes están atrás de todo esto, los ciudadanos podrían tener más elementos para hacer una buena decisión y no dejarse comprar ni engañar”.
Arizmendi Esquivel dijo comprender que “los aspirantes a estos cargos sientan la urgencia y la necesidad de hacerse presentes, en la forma que sea. Saben que, si no lo hacen, se quedan fuera de la jugada”.
Expresó que “llama la atención y preocupa todo el dinero que se gasta en estas pre-campañas. ¡Cuánto más será en los tiempos propiamente electorales! ¿Y de dónde sale este dinero? ¿De nuestros impuestos, o de otras fuentes? Los legisladores aprueban los recursos con que pueden contar los partidos, y desde luego que ellos no los van a recortar, pues en ellos se juegan su suerte. Pero habría que desarrollar la creatividad para intentar otra forma de participación ciudadana”.
Manifestó que algunos pueblos indígenas de Chiapas como Oxchuc están pensando en ya no hacer elecciones por partidos políticos, sino por usos y costumbres; es decir, por decisión de las asambleas populares, que se fijan no en quién da más dinero, ni en quién promete más cosas, sino en quién ha demostrado con su vida que es una persona confiable, honesta, servidora del pueblo, sin otros intereses.
Aún más, subrayó, no eligen a quien se propone, o a quien se hace campaña, sino a alguien que incluso se resiste a aceptar el cargo, y se le pide que lo asuma como un verdadero servicio a la comunidad.
“Este procedimiento aún no es legal en nuestro Estado, porque a los legisladores no les interesa este sistema de democracia, sino que se perpetúe el que les mantiene en su cargo, que es a través de partidos, pero éstos partes, dividen y confrontan a las comunidades”.
Por ello, aseveró, los legisladores “deberían de analizar la viabilidad y conveniencia de otro sistema electoral, como se hace en Oaxaca desde hace años, donde conviven los dos sistemas electorales: por partidos y por usos y costumbres. Analicen este camino y harán avanzar la democracia, si es que de veras les interesa que el pueblo sea el que construye su historia”.