Diego Victorio
No se hagan bolas.
Partamos de esta regla básica de cómo opera un fideicomiso. De acuerdo a especialistas financieros son tres eslabones los que componen la cadena de vida de un fideicomiso: Fideicomitente, fiduciario y fideicomisario.
En palabras llanas, en un fideicomiso administrativo, es la Hacienda (federal, estatal ó municipal), la que actúa como fideicomitente, es decir, la que aporta el recurso.
El papel de fiduciario lo juega la institución bancaria a quien transfieren el recurso, llamase Banobras o cualquier banca privada.
Y el fideicomisario es el último eslabón de la cadena: el beneficiario.
Como pueden observar en ningún nivel de la evolución se menciona al poder legislativo. Es decir, ni la cámara de senadores, ni la de diputados, ni los congresos locales tienen que ver en el ajo.
Delimitemos el tema y nos aboquemos al melodrama que han montado en torno al Foeaden, un fideicomiso que fue extinguido a petición del Ejecutivo de Chiapas.
Las causas que generaron su extinción son incuestionables: sus reglas de operación no eran compatibles con las del órgano rector, el Fonden.
A cambio se creó un nuevo fideicomiso alineado a las normas administrativas del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), al cual bautizaron como Fondo para la Gestión Integral de Riesgos de Desastres en Chiapas.
Si observamos a detalle las intervenciones del congreso local en la metamorfosis son: darle entrada a la petición del Ejecutivo, votar a favor el punto de acuerdo para extinguir un fideicomiso obsoleto y crear uno nuevo, y nada más.
Siguiendo al pie de la letra el ciclo de vida y la transición administrativa del fideicomiso podemos llegar a la conclusión que la explicación precisa del estado que guarda el fideicomitido (dinero), la tiene el fideicomitente, quien en este caso es el titular de la Hacienda estatal, Humberto Pedrero.
El nos puede indicar con mucha profundidad donde están esos 80 y tantos millones de pesos. Él y nadie más que él.
Dado a conocer ese procedimiento nada metódico, entonces concluimos que, los ataques contra el congreso de Chiapas, no son más que una vulgar guerra sucia. Una intestina embestida sin bases solidas que puedan resistir un contraataque. No se hagan bolas, por favor.
Comentarios Atrincherados
*** Roberto Albores Gleason, señaló la urgencia por lograr que todos los partidos políticos renuncien de inmediato a su presupuesto 2017 y 2018, y se eliminen los senadores y diputados plurinominales, a nivel federal y local, para acumular una bolsa de casi 20 mil millones de pesos y se atienda la demanda de la sociedad y los damnificados ante la devastación, a la vez que los exhortó al ejercicio de presupuestos austeros.
Albores Gleason demandó que parte importante de los 258,617,031 de pesos a los que hoy renunció el Partido Revolucionario Institucional ante el Instituto Nacional Electoral deben ser para los 250,000 chiapanecas y chiapanecos afectados.
Puntualizó que el resto de los partidos deben de ser congruentes con la emergencia y con la demanda de la sociedad, y renunciar también al resto de su financiamiento público de 2017 para alcanzar los casi 1 mil millones de pesos para los damnificados, así como llevar a cabo gestiones austeras que generen ahorros para apoyar a las familias chiapanecas y del resto del país que perdieron su patrimonio a causa de los terremotos.