El presidente Rajoy y el ministro de Exteriores Dastis multiplican sus viajes con el foco puesto para este año en Asia y Latinoamérica
![El presidente Mariano Rajoy el pasado día 17 en la VI Conferencia de Presidentes Autonómicos.](https://ep01.epimg.net/politica/imagenes/2018/02/18/actualidad/1518969934_703059_1518970162_noticia_normal.jpg)
Desde el pasado verano, Mariano Rajoy ha efectuado dos visitas internacionales de trabajo, a Washington y Londres, y el resto de su agenda externa se ha ocupado con cumbres europeas, casi obligadas. Tanto en La Moncloa como en Exteriores reconocen que la causa de parón ha sido la crisis institucional provocada por el desafío independentista en Cataluña. Un bloqueo que ha forzado al PP en el Gobierno a dedicar sus esfuerzos en combatir en toda España la consecuencia posterior del auge electoral de Ciudadanos. El reto ahora es retomar la presencia internacional, con el foco puesto en la prioridad asiática y un año de elecciones en Latinoamérica y con Cumbre Iberoamericana.
La crisis económica, entre 2008 y 2013, obligó a los gobiernos españoles a salir de gira para evitar el rescate y explicar en “road shows” especializados que no estábamos tan mal, luego llegó el intenso periodo electoral con siete campañas entre 2015 y 2016 y un ejercicio entero con el Gobierno en funciones, y desde 2017 parece que no existe otro asunto en la agenda que el conflicto catalán. España tampoco ha sido nunca una gran potencia en política internacional pero en los últimos tiempos el ejecutivo de Rajoy ha sido acusado de mantener una actuación reactiva más que activa o prospectiva en el panorama mundial. La falta de cargos españoles en puestos clave de las instituciones multilaterales es una consecuencia de esa pobre influencia.
En el propio equipo de Rajoy se admiten dos fallos muy concretos para justificar esa carencia. Por un lado, que con el nivel tan enconado de las polémicas nacionales y de la crisis desatada en Cataluña era muy difícil sacar adelante otro tipo de asuntos y también que con la pertenencia a la Unión Europea cuesta romper esa dinámica de reuniones periódicas y compromisos permanentes y comprender que el resto del mundo también existe. La importancia del proceso separatista en Cataluña ha centrado durante meses las gestiones de La Moncloa y Exteriores para conseguir que ninguna institución, organismo o socio internacional se descarriara con alguna declaración tibia que pudiera ser malinterpretada. Al final se han producido 116 apoyos explícitos a la posición del Gobierno y ni un solo reconocimiento a la intentona de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI).