La crítica debe comenzar con la de uno mismo y hacia los del mismo lado.
Por Israel Rivas Bastidas.
A pesar de las diferencias ideológicas entre la izquierda y la derecha, el modo de sentir y pensar de sus respectivas élites es similar. Consideran que la forma de su organización y los valores que llevan implícitos sirven a "los más altos intereses del hombre"; poseen una imagen de la naturaleza humana que hace plausible tal presuposición; se muestran hostiles a cualquier idea o sistema; están en contra por ejemplo del desarme (a favor de las armas) si estiman que sus organizaciones están amenazadas por él; abrigan sospechas y hostilidad hacia cualquier persona o sistema en el que su clase haya sido reemplazada por una clase nueva y distinta de administradores. Creen conscientemente y con toda sinceridad que están motivados por un interés patriótico hacia su país, hacia su deber, hacia los principios morales, políticos, religiosos, etc. Las élites de ambos lados; de la izquierda y la derecha, están igualmente atrapadas por pensamientos e ideas derivados en su mayoría de la naturaleza del sistema económico actual, y muchos de ellos son sinceros en ello, pero no sé percatan de las verdaderas motivaciones que hay de tras de sus pensamientos. Está elite de la izquierda y la derecha no está impulsada por una ambición abrumadora de poder, dinero o prestigio. Es indudable que estos motivos también existen; pero el principal factor motivador estriba en que su función social modela su conciencia, y de ahí su convicción de estar en lo cierto (deformación de la conciencia), de que sus metas son justificadas e incluso ineludibles, y estos conceptos o ideas luego son permeados a sus seguidores, que se convierten en una especie de combatientes radicales que ven a un enemigo en aquel que es sanamente critico, ya sea de fuera o de adentro. Los enfrentamientos ideológicos constantes entre derecha e izquerda han ocasionado terribles guerras, con cientos de miles de muertos, familias separadas y un largo historial de sufrimiento, pero aún asi, aunque las élites de la izquierda y la derecha se comportan de la misma indolente forma y nos condenan; mediante la división y el encono, a quedar en medio de un supuesto conflicto que en realidad sólo beneficia a estas élites que buscan enemigos para justificar su pseudo lucha, aún asi les seguimos creyendo o al menos hacemos como que les creemos.