(Basada en versiones de habitantes mayores y vecinos del templo de La Merced y texto adaptado por Milton Tovilla Ozuna)
Desde hace ya muchos años, es bien sabida la tradición de que las imágenes patronales de los diferentes templos y barrios de San Cristóbal de Las Casas van de visita con motivo de la festividad correspondiente; por ejemplo, en la fiesta de San Antonio de Padua, llegan a su templo como «visita oficial» las imágenes de San Diego de Alcalá y Santa Lucía y de la misma manera se visitan en las fiestas de estos dos últimos. Así también, antiguamente y hasta la década de los 90 la imagen de San Ramón Nonato iba de visita al templo de La Merced para estar presente en los festejos de la Consagrada Imagen de la Virgen de Mercedes, hasta que un sacerdote prohibió que San Ramón se sacara de su templo por seguridad y conservación de la escultura.
Otra visita y de la cual es tema central en este texto era la del Veneradisimo Señor Justo Juez de La Merced que iba de visita al templo del Calvario. No se sabe exactamente hasta que fecha el Justo Juez fue sacado por última vez de su templo, pero quienes fueron testigos de esta pequeña procesión aseguran que era una multitud que acompañaba a la imagen a tal grado de cerrar el paso de la calle Diego de Mazariegos para que la gente pudiera acceder la iglesia del Señor del Calvario y ver de cerca a la imagen que se convirtió en la devoción local más importante de San Cristóbal de Las Casas.
El Justo Juez se quedaba en el Calvario el Martes Santo y regresaba el Jueves Santo por la Mañana a su Capilla en La Merced, hasta ese día eran cientos de personas que lo acompañaban y querían estar frente a su imagen. La leyenda cuenta que cuando el Justo Juez salía de La Merced, las campanas comensaban a sonár con un tañer jubiloso para anunciar que la imagen saldría de su templo, lo curioso es que el cura encargado no daba orden de tocar campanas, fue así como los sacristanes subieron inmediatamente al campanario para ver quién tocaba de esa manera las campanas. Enorme fue la sorpresa a ver que las campanas giraban solas y nadie las podía detener, como si alguna persona con fuerza descomunal las estuviera tocando, pero no había nadie repicando.
Cuando los sacristanes bajaron con rostros pálidos del campanario le contaron al sacerdote lo que estaba ocurriendo, este no creía lo que estaban diciendo los sacristanes. Hasta que de repente comenzaban a sonar también las campanas del templo del Calvario, con mayor visibilidad al público por ser un campanario más bajo, estas campanas tenías más de 50 años que no se repicaban y tenían un sonido especial. El sacerdote al ver que también la iglesia del Calvario repicaba de la misma manera que La Merced para anunciar la visita del Señor Justo Juez, concluyó que no podían ser más que los ángeles de Dios que lo gloribicaban con clamorosas campanadas.
Cuando regresaba el Justo Juez del templo del Señor del Calvario a La Merced, se repetía la misma historia, quienes presenciaron esto desde niños, volteaban a ver a sus padres y abuelos que veían fijamente al campanario admirados y con lágrimas en los ojos por dos cosas, la primera, porque veían las maravillas de Dios en sus campanas, y la segunda, porque la Venerada imagen del Señor Justo Juez no volvería a salir de su templo para visitar el templo del Calvario. Fotos ilustrativas desde vía internet.