EL CHAPO DE SINALOA
“Le hace falta un beso”
El Chapo de Sinaloa, es un artista que a lo largo de su carrera se ha mantenido vigente en el gusto del
público. Poseedor de un estilo único y muy característico, nos presenta se más reciente producción discográfica, misma que lleva por título “Le hace falta un beso”, la cual tiene la característica de ser básicamente un disco de mariachi que se complementa con algunas versiones en banda.
“Le hace falta un beso”, también es el título del sencillo promocional mismo que ha logrado ascender rápidamente en las listas de éxitos de México y Estados Unidos.
Esta producción incluye doce canciones mismas que son: “Nadie es de nadie”, “Será”, “Es por ti”, “Le hace falta un beso”, “Bendito amor”, “Sea lo que sea”, “Hice de todo”, “Con una mirada y una sonrisa” (versión banda), “Con una mirada y un beso” (versión mariachi), “Maldito dolor”, “Chiquillla te quiero” y por último “Le hace falta un beso” (versión banda).
“El Chapo De Sinaloa” nació en un rincóncito del bello estado de Sinaloa, llamado el Huejote municipio de Badiraguato. El año 2009, específicamente el 10 de Mayo, marca el 25 Aniversario de su trayectoria artística, años en los que ha realizado más de 25 producciones discográficas y se ha ganado el cariño y la admiración de su publico, que es la mejor recompensa a su esfuerzo y tenacidad.
“El Chapo”, creció al lado de su familia y de la armoniosa y típica música de banda que caracteriza a este estado de la República Mexicana. Uno de sus sueños de niño era llegar a ser parte de una banda musical, fue así como su niñez transcurrió acudiendo a la escuela, trabajando en el campo y aprendiendo a tocar su instrumento predilecto “el clarinete” con cuyas notas empezó a acompañarse cantando líricamente.
Descendiente de una familia campirana, le nació el gusto por los caballos, mientras observaba a los hombres de su casa montar; especialmente a su abuelo, quien solo le permitía montar un burro y el cual le decía: “Montar caballo, es peligroso Chapo, espera a que crezcas y entonces montaras un buen caballo”, así que otro sueño más llegó a su esencia de niño, montar su propio caballo y cantar.
Los sueños de niño empiezan a ser historia, “El Chapo” a quien su familia le llamaba cariñosamente de esa manera, por pequeño y menudo, a sus cortos 11 años de edad, ya dominaba con maestría el clarinete en una banda, pocos años más tarde formaba parte de un conjunto musical, tocando el bajo eléctrico, su inquietud lo llevó a incursionar en otros géneros, sin perder su amor por la banda de viento, que lo caracterizó y con la cual inició sus grabaciones discográficas.
Transcurrían los años, aumentaban las grabaciones en diferentes compañías discográficas y “El Chapo”, seguía luchando, preparándose musicalmente y montando caballos, ya que su sueño de llegar a tener su propio espectáculo ecuestre seguía vivo, “El Chapo”, quien siempre admiró y reconoció a Don Antonio Aguilar (Q.E.P.D) y al Señor Joan Sebastián luchaba incansablemente por llegar a brillar con luz propia en el mexicano arte del jaripeo.
Si bien es cierto que “El Chapo” admira y reconoce la labor de grandes artistas como Antonio Aguilar y Joan Sebastián, él sin imitar, ofrece al público una alternativa de entretenimiento con su propio espectáculo de jaripeo, en el que abunda la música de banda, los caballos de alta escuela y la exótica interpretación que le da a cada una de sus canciones.
“El Chapo” se gana a pulso ser distinguido como “El número uno del jaripeo” por la huella que deja en todos y cada uno de sus espectáculos ecuestres, con sus inseparables cuacos “El Atezado”, “El Diablo”, “El Tauro” “El Navajón” y “El Olímpico” quienes bailan al compás de los éxitos que interpreta en su estilo único e inconfundible “El Chapo”.
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