Eduardo Galeano: poesía que mueve conciencias
Partió un cabalístico día trece, como si todas sus palabras hubieran elegido una fecha simbólica para perpetuarse en nuestro recuerdo. Eduardo Galeano, el poeta que señaló nuestras venas abiertas, nuestras heridas de pueblo, tomó su sitio en la eternidad.
Nos dijo que no olvidemos QUIENES SOMOS, nos dijo que no seamos pulgas queriendo comprar perros o esperando que llueva la suerte. Nos advirtió de la peligrosa epidemia de invisibilidad que nos convierte en “LOS NADIES”, esos dueños de la nada, que no son, aunque sean, que no hablan idiomas, sino dialectos, que no profesan religiones, sino supersticiones, que no hacen arte, sino artesanía, que no practican cultura, sino folklore, que no son seres humanos, sino recursos humanos, que no tienen cara, sino brazos, que no figuran en la Historia Universal, sino en la crónica roja local, los nadies que cuestan menos que la bala que los mata. (http://laescueladeldespertar.blogspot.mx/)
Por eso su poesía mueve conciencias, porque nos dice lo que vemos aunque no lo vemos, lo que creemos aunque no sabemos por qué lo creemos, lo que sabemos que no está bien y sin embargo no hacemos nada.
Galeano fue obrero, dibujante, periodista y escritor; en 1971 publicó Las venas abiertas de América Latina, que más que un ensayo de economía es una denuncia de cómo se ha despojado de sus riquezas a las naciones latinoamericanas. Vivió en el exilio durante la dictadura militar de su país natal, Uruguay y fue ferviente seguidor del equipo de futbol Nacional de Montevideo.
Su palabra que estruja, que penetra, surge desde la poesía, desde el discurso, desde las notas periodísticas. Galeano estuvo en Chiapas, y basten unas cuantas frases para describir la calidad de su prosa:
Lluvia
«Está lloviendo ayer», me dice un lugareño a la salida de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas. Ayer fue el día de san Cristobalito, que siempre viene con lluvia y esta vez vino seco, y por eso es de ayer esta lluvia de hoy. En el camino hacia la comunidad de Oventic, bajo la lluvia, la frase me zumba en la cabeza. En Chiapas está lloviendo ayer, pero no sólo porque san Cristobalito se había olvidado de mojarnos.
Casa
Nos han abierto su casa los olvidados de la tierra. Tenían que ser los más generosos, estos que son los más pobres entre los pobres de toda pobrecía. En las comunidades zapatistas de la selva lacandona y de los altos de Chiapas, nos hemos juntado los venidos de más de 40 países.-Venga a ofrecer su palabra, invitaron los dueños de la casa.
(Crónica de Chiapas http://elpais.com/diario/1996/08/23/opinion/840751204_850215.html)
Galeano y su compromiso con los pobres, con los olvidados, con los que luchan. Galeano con su mirada detractora de injusticias en todos los lugares del mundo que visitó. Galeano con sus pasos que recorrieron la Ciudad Vieja de Montevideo y buscaron caminos de justicia y esperanza. Galeano el que nos dice que no somos pobres, que solo son pobres los que quieren serlo:
Pobres, los que se dicen pobres: los que no tienen tiempo para perder el tiempo, los que no tienen silencio ni pueden comprarlo, los que tienen piernas que se han olvidado de caminar, como las alas de las gallinas se han olvidado de volar, los que comen basura y pagan por ella como si fuese comida, los que tienen el derecho de respirar mierda, como si fuera aire, sin pagar nada por ella, son los que no tienen más libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión, son los que viven dramas pasionales con las máquina, son los que son siempre muchos y están siempre solos, lo que se dice pobres, son los que no saben que son pobres.
(Pobrezas. Fragmento. http://laescueladeldespertar.blogspot.mx/)
Hasta siempre, Eduardo Galeano, nos quedan tus palabras, nos queda la esperanza, nos queda la Utopía. La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar (http://laescueladeldespertar.blogspot.mx/)
Gracias por sus comentarios: CAMINOS Y PALABRAS www.elsadesolorzano.com