* El líder fundador de un millón de amigos Enoc Hernández Cruz, visitó el Tuxtla que sufre, llora y sangra, parafraseando el Canto a Chiapas de Noquis Cancino.
El Tuxtla de la pobreza, el Tuxtla olvidado, el Tuxtla de la gente menuda, el Tuxtla que sufre, llora y sangra, ese es el Tuxtla por el que nos debemos comprometer a trabajar en unidad, en equipo, sin diferencias ideológicas y sin egoísmos, afirmó Enoc Hernández Cruz, al reunirse con más de 500 personas de cinco colonias ubicadas en la periferia norte de la capital chiapaneca.
En una de las calles donde todas son de terraceria, de la colonia Flor de Mayo, el presidente fundador de la asociación civil Yo quiero tener un millón de amigos, escucho con atención los lamentos, la desesperación, la tristeza, el llanto y el coraje principalmente de las mujeres que son madres de familia y que a diario sufren ante la escasez de los servicios públicos.
En esta colonia donde a flor de piel se percibe la pobreza, como también ocurre en las colonias vecinas de nombres bonitos como La Fortuna, Jardines del Norte, Yukis y Santa Isabel, Hernández Cruz, recordó su infancia en el ejido Miguel Hidalgo en el Municipio de Jiquipilas «es aquí donde me identifico con los que poco tienen y mucho sufren, con los que poco son escuchados y mucho necesitan».
Es aquí afirmó donde debemos unir esfuerzos para trabajar en equipo e impulsar la participación ciudadana. Soy un convencido que ninguna gestión prospera -agregó-cuando la gente es apática, indiferente o irresponsable y para encontrar respuestas a las necesidades cotidianas lo fundamental es levantar la voz y levantar la mano.
En estas cinco colonias no hay drenaje, el agua solamente está al alcance de quienes la pueden comprar en pipas, en los postes de CFE hay lámparas fundidas e irónicamente las que funcionan se encienden durante el día y se apagan durante la noche.
Por el mal estado de todas las calles los taxistas y conductores de las combis de pasaje frecuentemente se niegan a brindar los servicios por lo que un vecino se puede tardar hasta una hora para llegar al parque central de la ciudad.
Por las noches, de todas partes aparecen bandas de malandrines, integrada por jóvenes y adultos con tatuajes en todo en el cuerpo, de largas cabelleras, andrajosos que su simple presencia causa temor entre las familias que viven en esta zona. Las patrullas rara, muy rara vez se aparecen por ahí sin importarles que la gente menuda sea víctimas de estos pandilleros.
Las mujeres que son las que más piden el micrófono para exponer sus inquietudes durante esta reunión que se prolongó por más de hora y media, reconocen que en cada elección reciben la visita de políticos pero solamente para escuchar mentiras y ser engañarlos, porque obtienen el voto y jamás vuelven a regresar.
Pero a pesar de eso no perdemos la esperanza y seguimos soñando que un día llegará alguien que se ponga la mano en el corazón para tomarnos en cuenta y apoyarnos en nuestras necesidades por eso nos sumamos a la asociación civil Yo quiero tener un millón de amigos.
Queremos trabajar juntos y estoy segura que solo tomados de la mano podemos encontrar las respuestas que durante muchos años hemos esperado, dijo en nombre de sus vecinas doña Juana del Carmen Zepeda Alvarez.
Cómo una de sus primeras acciones ahí mismo Enoc Hernández Cruz, a nombre de la asociación civil que fundó el 26 de agosto de 2016, hizo entrega de manera gratuita de aparatos funcionales a personas con algún tipo de discapacidad y bastones a los adultos mayores que así lo solicitaron.
A este encuentro de Un Millón de Amigos acompañaron a Enoc Hernández Cruz, el presidente en funciones Roberto Trinidad Manzo, la diputada local María Eugenia Perez Fernández, Alejandra Bustamante Morales, Victor Hugo Dominguez, Enoc Moguel y los integrantes de las brigadas de labor social.