LA HAYA.- «No soy un criminal de guerra. Me opongo a esta condena», fueron las palabras de Slobodan Praljak, antes de beber el líquido de una botella pequeña que, según su abogada, era veneno, en pleno juicio del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPYI). El ex jefe militar de los croatas bosnios murió luego y el tribunal suspendió la lectura del fallo, en medio de una gran confusión.
Los abogados y secretarios presentes en la sala se levantaron y los traductores, confusos, cerraron los micrófonos. El tribunal, con sede en La Haya, llamó a una ambulancia, pero horas después Praljak murió.
El ex teniente general había sido condenado en 2013, en primera instancia, a 20 años de cárcel por crímenes de guerra perpetrados contra musulmanes Junto a él, fueron condenados hace cuatro años otros cinco políticos o militares bosniocroatas, castigados por haber formado una asociación criminal para crear una Gran Croacia practicando la limpieza étnica.
Antes del incidente, la corte había confirmado en el proceso de apelación las condenas por graves crímenes de guerra contra otros dos miembros de la que fuera la cúpula dirigente de los croatas bosnios.
La Haya suspende una vista después de que un acusado bebiera «veneno»
El principal acusado, Jadranko Prlic, de 58 años y ex jefe de Gobierno del entonces autoproclamado mini-estado de Herzeg-Bosna, fue sentenciado a 25 años de cárcel. El fallo era el último que dictaba el TPIY después de 24 años de trabajo. Se desconoce por ahora cuándo continuará la sesión.
El tribunal de la ONU fue la primera corte internacional para crímenes de guerra en Europa tras 1945. Cuando se creó pocos podían imaginarse que los principales culpables se sentarían en el banquillo. El ex líder serbobosnio Radovan Karadzic fue entregado a La Haya en 2008 y en 2016 condenado a 40 años de prisión entre otros por la masacre de Srebrenica.
El ex líder militar de los bosnios serbios, Ratko Mladic, fue capturado en 2011 y los jueces dictaron contra él cadena perpetua la semana pasada.
Agencias DPA y Reuters