Los especialistas achacan a algoritmos y ventas automáticas la fuerte caída momentánea de la divisa en pleno día festivo
No es la primera vez que ocurre. Y el rastro que deja un flash crash es siempre muy parecido: un día de cotización (o una hora) poco concurrida en Bolsa en la que, de golpe, una pronunciada curva en los gráficos de Bolsa hace saltar las alarmas durante unos momentos. Un desplome fugaz. Y luego todo vuelve a la normalidad. El día de Navidad ocurrió en la cotización del euro y, de nuevo, los expertos señalan a las máquinas y los algoritmos como posibles causantes del batacazo de la moneda europea durante unas horas.
En concreto, el euro bajó un 3% en unos pocos minutos, según advirtió Bloomberg. En su sistema quedó registrada finalmente una bajada del 2%. Según comenta en el Financial Times el analista de divisas de Scotiabank Qi Gao, con sede en Hong Kong, la venta masiva repentina estuvo vinculada «al comercio con algoritmos». «[La caída de la negociación] no debería haberse dado por los fundamentos», explicó, y agregó que el movimiento intradía mostró una fuerte caída y un rebote rápido. La tormenta pasó, llegó la calma y este martes, con buena parte de las Bolsas cerradas, la cotización del euro vuelve a ser estable. Por la mañana se cambiaba a 1,1863 dólares, una ligera subida con respecto al viernes.
«No ocurrió nada con sustancia, probablemente algo relacionado con las máquinas, en medio de la ausencia de ofertas en un mercado vacacional», apuntó a Bloomberg Hiroshi Yanagisawa, analista jefe de FX Prime de GMO Corp, en Tokio.
El blog especializado en mercados Zero Hedge capturó el momento de la mañana de Navidad en el que los gráficos dieron el susto a los inversores. «Fue en la mañana de Navidad y en todos los mercados, no era una criatura humana la que se estaba moviendo … Pero parece que las máquinas se aprovecharon de la baja liquidez», comentaba su analista Tyler Durden.
No es la primera vez que señalan a los algoritmos y loa compraventa de acciones automatizada como responsables de un flash crash, es decir, un desplome fugaz. El episodio más famosos es el que golpeó Wall Street en 2010: en cuestión se segundos la Bolsa más popular del mundo bajó un 9%. La investigación duró años: en 2015 un ciudadano fue arrestado en Londres acusado de desarrollar un sistema automático para alterar el precio de los futuros del S&P 500 (los contratos E-mini) mediante el envío masivo de órdenes de venta. El sistema creado por Sarao permitía distorsionar el mercado y provocar caídas, pero también cancelar las órdenes antes de que se ejecutasen.
No es el único susto repentino. Se han vivido puntualmente otros pequeños crash, cuyas causas muchas veces no llegan a aclararse. Por ejemplo, en octubre de 2016 la libra también se desplomó un 10% en minutos. Algunos analistas apuntaron a la posibilidad de que un error humano (al introducir un precio erróneo) haya provocado el descenso inicial y los programas y algoritmos de operativa automática, al detectar aún más volatilidad, pudieron agravar la caída.