PEREGRINO AGRADECIDO Y ANHELANTE
Doy gracias a Dios trino y uno que me llamó a la existencia, luego me concedió el don de la fe por el bautismo, después el don del sacerdocio ministerial, que ejercité en la diócesis madre de Morelia. Más tarde, Dios me llamó a la plenitud del sacerdocio en el episcopado.
Gracias, hermanos de Matehuala, que me iniciaron en el aprendizaje a ser obispo y que juntos aprendimos a iniciar también la vida de la diócesis.
Gracias, hermanos de Tehuacán, que me acogieron amablemente y con quienes fui avanzando en mi condición de cristiano-sacerdote-obispo. Reconozco y les pido perdón por mis muchas deficiencias y pecados. Ofrezco humildemente lo que Dios haya sembrado en ustedes a través de mi ministerio, de modo que Él lo siga haciendo fructificar, especialmente en la espera de quien Dios mismo, en su sabiduría, disponga para que continúe al frente de la diócesis.
Ahora Dios, a través del papa Francisco, me llama a partir de nuevo. Acojo con amorosa devoción su voluntad de concluir mi servicio pastoral en Tehuacán e iniciarlo en San Cristóbal de Las Casas. Cristo Jesús, venerado en la diócesis como el Señor de Tila, que me llama y me envía, también me da testimonio como Camino para ir al Padre por su Misterio Pascual, que me da vida para darla yo también en bien de muchos.
Gracias, hermanos de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, por haber estado orando por su próximo obispo. Ahora ya le ponen nombre y abren su corazón para disponerse a acogerme.
Valoro el caminar de la diócesis, con una larga historia de fe y numerosos obispos, desde el primero, Fray Bartolomé de las Casas, hasta los más recientes, Mons. Samuel Ruiz García, Raúl Vera López, Felipe Arizmendi Esquivel y Enrique Díaz Díaz. Quiero conocer y unirme a este caminar marcado por el III Sínodo Diocesano y por el Plan Diocesano de Pastoral. Hagámoslo juntos, en espíritu sinodal, como nos invita el papa Francisco, avivando la fe y la esperanza. Que las dificultades no nos desalienten, sino que se conviertan en oportunidades que nos forjen. Necesito de su oración, cuenten con la mía. Con el favor de Dios, emprenderemos esta nueva etapa de la vida diocesana el 3 de enero de 2018, con la protección e intercesión de san Cristóbal mártir.