Franja Sur
*Primero los pobres*
“En esta ocasión los movilizados lucían sombreros de buen ver, gorras que se adquieren solo en Liverpool o el Palacio de Hierro, esto es, ahora toca manifestarse al sector acomodado. Los que iban ahí, bajo los rayos solares, eran gente de clase media para arriba.”
› René Alberto López
E-mail: ralopez22@hotmail.com
El periodista y cronista de Excélsior Miguel Reyes Razo expresó que le parecía una frase impactante, contundente. Se refería a la expresión: “primero los pobres”, término que paseó Andrés Manuel López Obrador por todo México.
En aquella cena con comunicadores de Tabasco, el reportero de la prensa nacional, laureado en más de una ocasión, estimó que el enunciado del político de Morena tenía fuerza, y le parecía una palabra bien lograda, que influiría mucho entre el pueblo mexicano.
No se equivocó. Esta plática se celebró una noche del año 2017 en el restaurante Marriot de la ciudad de Villahermosa, a la que fue invitado este escribidor. López Obrador ya encabezaba todas las encuestas.
La reunión aquella en la que se habló sobre la frase “primero los pobres”, llegó hoy como una fax a mis pensamientos cuando leía la nota respecto a la manifestación ocurrida el domingo en la Ciudad de México.
Como se sabe, más de 5 mil manifestantes marcharon en la capital del país para pedirle al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, “respetar las leyes e instituciones, y se pronunciaron en favor de que continúen las obras del megaproyecto”, de Texcoco. (La Jornada 12/11/2018).
Entre las consignas que gritaban a todo pulmón resaltan: “No a las encuestas amañadas y sin representación”. “No al retroceso, sí al progreso”. “¡Texcoco sí, Santa Lucía no!»
De este modo, anoto en mis archivos periodísticos, se trata de la primera manifestación callejera en contra del próximo Presidente de México y, vendrán más, por supuesto.
Pero si usted observa detenidamente las fotos de los manifestantes diferenciarán un cambio significativo. Los integrantes de la marcha, al menos en esta ocasión, ya no fueron campesinos con sombreo de palma y en huaraches o chanclas, ni obreros con paliacates atados a sus cabezas para cubrirse del sol.
En esta ocasión los movilizados lucían sombreros de buen ver, gorras que se adquieren solo en Liverpool o el Palacio de Hierro, esto es, ahora toca manifestarse al sector acomodado. Los que iban ahí, bajo los rayos solares, eran gente de clase media para arriba.
En efecto, son parte de ese sector económico que ahora ven afectados sus intereses con las medidas del nuevo gobierno de la cuarta transformación.
Al paso que vamos, tal vez nos toque observar tomando Reforma a Carlos Slim, el mexicano más rico, o encabezado marchas a Claudio X. Gonzáles, un empresario influyente en México, entre otros. Todo puede suceder, pues la Constitución también les da ese derecho.
Y es que la política neoliberal impulsada por los gobiernos del PRI y del PAN, durante más de 30 años, a los ricos los hizo millonarios, y a los pobres miserables.
Hoy podemos corroborar que López Obrador no solo blandió la bandera de “primeros los pobres” en su campaña, sino que, a unos días de tomar el mando de este país, ha anunciado mejorías en los programas sociales en beneficio de jóvenes, ancianos, mujeres, adultos mayores y gente con discapacidad, abandonados por los gobiernos y, sobre todo, para aquellos que se encuentran en la miseria extrema.
Pero la clase pudiente pegó el grito: ¡Es mucho dinero! ¡Está loco, de donde saldrá el presupuesto! ¡No habrá dinero que alcance!
Claro que hay, lo que pasa es que antes se quedaba en manos de políticos inmorales que poco o nada les importaba el pueblo, así como en manos del tiburón empresarial.
Precisamente, otra de las trasformaciones en México será que la riqueza se distribuya de manera justa, que el pueblo trabajador también vea reflejado en sus bolsillos los beneficios, que también aprovechen esa gran riqueza que tiene el país, y que antes se usaba para que los familiares de los funcionarios tomaran vacaciones en Europa, entre otros derroche.
Pero López Obrador tiene otro gran reto enfrente, que su gobierno vigile, vele porque los beneficios de los programas sociales lleguen, aterricen directamente entre la gente necesitada. Que no se queden esos recursos en manos de funcionarios federales, estatales y municipales, como acostumbran políticos voraces.
Ahí se las dejo…